sábado, 17 de julio de 2010

CUADRO Nº6


Oniria

MARE, TERRA

Tenia els ulls tancats i, dreta, immòbil, la mare s'havia fos, en una harmonia absoluta, amb la tarda morent.
Una llum color de mel anava tenyint l'horitzó, però ella seguia endintsant-se en el seu propi món oníric.
Mentre la tarda anava caient, la mare sentia com s'enfilaven les imatges de la vida, pinzellades que la constituïen.
Cada imatge s'estenia com la branca d'un arbre, perfilant diferents trajectòries que tenien una arrel comuna.
La vida es cargolava com els braços de l'arbre i sobre aquests, agombolat, hi reposava un nadó...

Perquè la mare, com la terra, havia fet brollar una nova vida.




Oneguin

Una mujer duerme, tal vez sueña. Su dormir parece plácido, destila paz. Se ve a sí misma mirando al horizonte, al infinito, tal vez reflexionando, tal vez, simplemente, mirando...Hay tanto que ver y tanto sobre lo que reflexionar....
Un árbol, siempre. Sus ramas hacia el cielo, hundiéndose en él. Sus raíces en la tierra, como debe ser. El entramado de ramas puede significar tantas cosas: problemas, riqueza interior...ramas como teclas de un piano, cada una para un pensamiento, para una vivencia.
La mujer respira hondo. Todo está bien, el cielo está calmado. La mujer, dormida, sueña en su paz interior.
El árbol...el bien y el mal...lo finito y lo infinito.

Apuntar que este cuadro me recuerda a los de los pintores románticos, donde el hombre admira la naturaleza grandiosa desde su humilde perspectiva de alguien finito, no como la Naturaleza, infinita, inabarcable.

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